Con el avance de la tecnología, los Activos Virtuales han ido cobrando mayor relevancia en el mundo como una opción de inversión para personas y empresas.
Con el avance de la tecnología, los criptoactivos, o activos virtuales, se han convertido en uno de los protagonistas de la economía del siglo XXI. Representan un cambio en la forma del manejo del valor y sus transacciones. Su influencia se extiende y supera las limitaciones de los sistemas financieros tradicionales.
Si bien su uso es cada vez más común en el mundo, Bolivia apenas ingresó a esta corriente cuando -a través de la Resolución de Directorio N°082/2024 del Banco Central de Bolivia (BCB)- el Gobierno dio luz verde a su uso. En esta nota le presentamos algunas pautas de qué son estos activos virtuales, cómo se usan y en qué, cuáles son los beneficios, y cuáles los riesgos.
Para responder a estas dudas, Visión 360 consultó con el especialista en derecho informático e investigador en ciberseguridad y criptoactivos, Fabián Espinoza Valencia. Además, se consultó y solicitó información al BCB y a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
¿Qué son los activos virtuales o criptoactivos?
Espinoza señala que para entender los criptoactivos o activos virtuales, se los debe categorizar por género y especie. Pero, en general, se puede decir que son una unidad de información almacenada en un soporte electrónico.
“Es como una abstracción que no está muy disociada de los billetes tradicionales. Por ejemplo, un dólar americano es -prácticamente- un pedazo de papel, pero representa un valor abstracto. Pasa lo mismo con las criptos, solo que ya no necesitas algo físico para representarlo, sino una unidad de información que está almacenada en un soporte electrónico. Representa un valor que pertenece a quien tiene los códigos correspondientes”, explicó Espinoza.
De acuerdo con información del BCB, los activos virtuales son recursos digitales con valor económico. A menudo, están asegurados por la criptografía y existen en el ecosistema digital. Su naturaleza desmaterializada no impide que tengan un valor real.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi) define al activo virtual como a una representación digital de un valor que se puede comercializar o transferir digitalmente. Indica que se puede utilizar para pagos o inversiones.
¿Qué características tiene?
El BCB señala que estos activos emplean técnicas de cifrado o codificación (criptografía) para evitar la falsificación o duplicación de la moneda digital. Son intercambiables al igual que las monedas tradicionales. No necesitan intermediación alguna por parte de una entidad bancaria o un tercero. El contacto es de persona a persona.
Sus operaciones no requieren la declaración de identidad de ninguna de las partes intervinientes. Las liquidaciones de su compraventa se resuelven en cuestión de minutos. El precio de los activos virtuales está determinado por la oferta y demanda.
¿Es legal su uso en Bolivia?
Sí, a través de la Resolución de Directorio (RD) 082/2024 del BCB, se habilitó el uso de canales e Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP) para operaciones de compra y venta de los activos virtuales.
Espinoza indicó que esta apertura es bastante nueva. Explicó que dicha resolución deja sin efecto a la RD 144/2020. Esta prohibía todo tipo de transacción o actividad relacionada con criptoactivos.
“Es importante anotar que Bolivia tomó la decisión por las recomendaciones del Gafi Latinoamérica. Han actualizado la nomenclatura, antes se hacía referencia como criptoactivo y ahora como activo virtual; quizás es un detalle, pero en específico levantó la prohibición”, manifestó Espinoza.
Sin embargo, dijo, se está en una etapa de vacío legal transitorio. Esto se debe a que, si bien ya no está prohibido, los brazos operativos del Estado -la Asfi y la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF)- están obligadas a actualizar y añadir una reglamentación específica.
“Por ahora, después de casi un mes, todavía no se ha elaborado. Hay pautas demasiado mínimas al respecto, lo que no es muy alentador. Por el momento, deja estas actividades a riesgo de cada uno. Es como decir: como yo no estoy regulando, no vengas a tocar la puerta. Ya no está prohibido pero estamos en esta transición en la que se requiere una reglamentación de mínima intervención, eso es muy importante”, observó.
¿Cómo funcionan?
Para entender cómo funcionan los activos virtuales hay que conocer la tecnología que los sustentan. Se llama blockchain (cadena de bloques) y se entiende como una base de datos descentralizada que se ubica en más de un servidor. Cada transacción tiene su propia huella digital y se almacena al mismo tiempo en cada uno.
¿Cómo se adquieren y cómo se usan?
“Para adquirir los criptos se necesita de los exchanges (plataforma en la que se realizan los intercambios de estas a dinero o a otras criptomonedas). Son básicamente casas de cambio, pero virtuales. En la mayoría de estas hay un espacio de traders, que son compradores y vendedores”, dijo Espinoza.
Por ejemplo, uno puede entrar a estas casas de cambio virtuales, donde hay vendedores que actúan conforme a la oferta y la demanda, por lo que hay diferentes precios. Cuando uno elige el tipo de criptoactivo que desea comprar, se hace el trato; la persona que los ofrece manda un QR de su banco para que el comprador mande el dinero tradicional como cambio.
“Una vez hecho el depósito, te envían otro QR, pero ya no envían la misma moneda, sino que envían, al exchange, los criptoactivos adquiridos, por el valor de conversión correspondiente”, indicó el especialista.
Durante esta transición a la que Bolivia ingresó, los bancos aún son necesarios para monetizar los activos virtuales. Sin embargo, estos dejan de ser necesarios cuando el comprador y el vendedor aceptan y usan criptomonedas o criptoactivos. Así mismo, tal como se adquirieron los criptos, estos pueden ser monetizados nuevamente.
¿Qué tipos de activos virtuales existen?
De forma general, el BCB divide a los activos virtuales en tres. Uno, activos virtuales respaldados o Stablecoins. Estos mantienen su valor estable en relación con algún activo de referencia, por ejemplo el dólar estadounidense.
Dos, los activos virtuales no respaldados. Estos a su vez se dividen en criptoactivos, que son representaciones digitales de valor o derechos, y los tokens, que son unidades de valor activo dentro de un ecosistema digital.
Y tres, las monedas digitales de Banca Central (CBDC). Esta es una moneda digital emitida y respaldada por el Banco Central de un país, pero estas aún no están en marcha.
¿En qué se pueden usar?
“En Estados Unidos, por ejemplo, puedes comprar un McDonald’s con Bitcoin (una de las principales criptomonedas). Este comercio ya te acepta pagar en criptos sin intermediarios como el banco. Esa es la esencia revolucionaria de los criptoactivos. Es una suerte de trueque, solo que no se usan productos, sino unidades abstractas de información”, detalló Espinoza.
“Coinector” es una app en la que se registran diferentes negocios que aceptan pagos con criptomonedas, especialmente bitcoins. Una de sus herramientas se llama MapCoin, muestra las ubicaciones de estos establecimientos.
Al buscar en Bolivia aún no se encuentra ninguno, pero llama la atención que hay cientos en los países vecinos. Los negocios se centran entre hospedajes, restaurantes, supermercados y en especial tiendas de tecnología especializadas en software y hardware.
En Bolivia, ahora mismo, por la falta de disponibilidad del dólar, varios empresarios buscan proveedores con los que se pueda hacer negocios en criptos.
“Ya hay el interés, pero por ahora necesitas el banco para monetizar en el día a día doméstico de la población boliviana. Si vamos al mercado no podemos pagarle a la casera en criptomonedas, aún. Esto pasa por una alfabetización digital que es necesaria”, sostuvo Espinoza.
El BCB aclaró que, si bien ya no hay prohibición sobre los criptoactivos, la única moneda en el país es el boliviano, conforme a la Ley 901, del 28 de noviembre de 1986.
Por lo tanto, el activo virtual no es una moneda de curso legal, no es efectivo y no existe obligación, por parte de la población, para recibirlo como medio de pago; por lo que los riesgos inherentes a su uso y comercialización serán asumidos por los usuarios de dichos activos.
¿Cómo se validan estas transacciones?
Con una estructura de datos descentralizada y distribuida, que registra transacciones de manera segura y transparente a través de una red de computadoras, que se denomina blockchain o cadena de bloques. La característica fundamental es su naturaleza descentralizada, lo que significa que no está controlada por una autoridad central como un banco o un Gobierno. En cambio, la información se almacena en bloques de datos enlazados de manera segura utilizando criptografía.
¿Cuáles son los riesgos?
“Para hablar de riesgos es necesario conocer cómo funcionan los activos virtuales, su género o tipo. Por ejemplo, bitcoin es la más fuerte de las criptomonedas, es la primigenia y la que más vale. Ahora está alrededor de los 60 mil dólares. Es la moneda más valiosa para el tipo de cambio a moneda tradicional, pero a la vez es la más volátil. Hoy vale 60 mil y mañana puede valer 70 o 10 mil. Sin embargo, las stablecoins -que están respaldadas en algún valor de mayor estabilidad- no sufren este riesgo”, explicó Espinoza.
Otra de las monedas estables son las USDT, que es una cripto que está respaldada por el dólar americano, el riesgo es casi nulo. Hay otras respaldadas en minerales -como el oro- y tampoco sufren esta volatilidad.
Para el BCB, la falta de regulación, la posibilidad de estafas, los ataques de piratas informáticos, la volatilidad del mercado, el uso de criptos para actividades ilegales y la falta de liquidez son parte de los riesgos de usar los criptoactivos. A estos se suma la posibilidad de riesgos técnicos y operativos.
Para Espinoza estos riesgos no son propios de las criptos, sino de todo tipo de activos, incluyendo el dinero tradicional. No es raro saber de estafas o lavado de dinero, en dólares o bolivianos, o falta de liquidez de los billetes.
¿Cómo minimizar los riesgos del uso de activos virtuales?
Desde la Asfi, se indicó a Visión 360 que para minimizar los riesgos asociados a los activos virtuales, las personas que los compren o los inviertan deben asegurarse de comprender su funcionamiento, grado de seguridad, volatilidad y liquidez antes de realizar cualquier transacción.
Para esto, pueden tomar en cuenta las recomendaciones emitidas por la ASFI, tales como: investigar e informarse de fuentes confiables, invertir montos que estén en condiciones de asumir y almacenar sus activos virtuales de forma segura, entre otras.
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“Con el fin de promover una cultura financiera responsable y proteger a los consumidores financieros, Asfi ha puesto en marcha las Jornadas de Educación Financiera, en las que se busca brindar herramientas y conocimientos a la población sobre los diferentes productos y servicios financieros, incluyendo los activos virtuales, a través de talleres y capacitaciones en las que también participa el BCB. Se difunden recomendaciones prácticas y se alerta sobre los riesgos asociados a las inversiones en dichos activos, incentivando a las personas a informarse a profundidad antes de realizar cualquier transacción”, se explicó.
¿Qué tipo de problemas o denuncias suele traer este tipo de activos?
Uno de los problemas, de acuerdo con la ASFI, es el acceso a los activos virtuales a través de Plataformas Internacionales (Exchanges y Wallets, entre otras), puesto que estas generan contraseñas que son complejas y de larga longitud. Si una persona las pierde, aunque pudiera ver sus activos no podría disponer de ellos. Además, la fluctuación de su valor es constante, lo que implica que no mantienen un valor estable en el tiempo.
“En el caso de denuncias, no se tienen datos oficiales. No obstante, la probabilidad de que, al adquirir este tipo de activos, por medio de plataformas de dudosa procedencia, pueda uno ser víctima de estafa, es considerable. Asimismo, el intercambio de dichos activos sin consentimiento, en la nube por parte de terceros (operaciones no reconocidas), es latente, debido a los ciberataques que se van suscitando a nivel mundial, en cuyo caso no hay garantías de recuperación”, se añadió desde la ASFI.
En resumen, desde la entidad se aseveró que al realizar operaciones con en este tipo de activos, el consumidor financiero debe tener presente que está invirtiendo en activos de riesgo y que requieren de mucho seguimiento para no sufrir pérdidas económicas irrecuperables.
Fuente: https://www.vision360.bo/noticias/2024/08/22/10573-criptoactivos-sepa-en-que-se-usan-como-funcionan-y-cual-es-el-riesgo